Murcia, 17 de Enero
No se siquiera porque fui a Medjugorje. Mi madre nos invitó a un viaje a Bosnia Herzegovina y su insistencia quizá me hizo cuanto menos pensarlo. Me encontraba de lleno preparando unas oposiciones, mejor dicho, las oposiciones a la plaza que ocupaba en el Ayuntamiento de mi Municipio durante más de 9 años. Me encontraba con cierto miedo existencial, la posibilidad de la pérdida del puesto de trabajo, una familia que sacar adelante, una edad madura para estudiar, etc, era un peso más que suficiente para hacerme sufrir. Medjugorje, por tanto, se me presentaba, cuanto menos, lejano: ¡no podía perder tiempo, todo lo debía dedicar a mis estudios!. Mi mujer era reacia a este viaje, pero no entiendo, si es que hay un por que, su cambio de opinión.
No sabía a donde iba y me sorprendieron las palabras que escuché en el autobús de ida (¡Vamos de Peregrinación!), hasta ese momento yo siempre pensé que el viaje que iba a realizar era un viaje turístico con ciertas connotaciones religiosas.
No puedo describir todo cuanto sentí allí y ví, no me traje en mis retinas fenómenos extraños o excepcionales (de cuya veracidad no puedo afirmar), sino una inmensa "Paz" en mi corazón que díficilmente puedo explicar, ¡quizás los que habéis estado allí lo entendeis perfectamente!. Yo me fui allí orando por mi Cruz, y volví orando por amor a Dios.
El sentido escatógico de mis oposiciones cambió, la posibilidad del fracaso seguía existiendo pero no era lo verdaderamente importante en ésta vida como lo es la búsquedad de la felicidad interior. Empecé a orar por las intenciones de la Virgen, por ese plan de Salvación que no llegué a entender en Medjugorje, pero que semanas después en mi casa leyendo los mensajes de la Virgen entendí. Salí de mi Egocentrismo, donde mi oposición era el centro del Universo, y empecé a comprender las muchas personas que podía ayudar y pedir por ellas. Mi regreso de Medjugorje fue una sensación extraña, una necesidad de reacoplarme de nuevo en mi vida personal y familiar: El rosario, la eucaristia, la oración, la confesión y el ayuno, se convirtieron en mi plan de vida (las cinco piedrecitas contra nuestro Goliat).
¿Que pasó con mis oposiciones?. No las abandoné seguí luchando por ellas, con un nuevo remplanteamiento: "éste es mi trabajo, ésta mi Cruz y será todo cuanto Dios quiera, y yo intentaré hacerlo por amor a Él". Un día de Octubre, se me presentó una reflexión muy fuerte, pedía porque se hiciera la Voluntad de Dios en mi vida, pero desde mi interior surgió la siguiente pregunta: "¿Aceptaría la voluntad de Dios incluso aunque sea suspender estas Oposiciones?. Me resultó dificil digerir esta realidad pero me dije - ¡Sí!, estoy dispuesto a seguir a Dios aunque ello suponga suspender, e inmediatamente me eché a llorar, ¿podría haber cosas más importantes que la vida eterna?.
Las oposiciones, salieron adelante, pero no puedo por más que lo intente de otra manera, sino dar las Gracias a Nuestra Señora por ese Viaje que inevitablemente ha cambiado mi vida para siempre.Medjugorje tiene algo especial, allí esta pasando algo extraordinario, quizá cada uno de las 153 personas que estuvimos ese agosto de 2006 realizó un viaje diferente, tuvo una vivencia distinta, pero cada uno de nosotros se trajo un poquito de paz en su corazón. Medjugorje se me presenta como un nuevo destino que pueda marcarme la flecha que he de seguir en busca de la Felicidad.
J.C.A
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